Escondida en la costa norte de la cuenca de Arcachon, la encantadora ciudad de Arès invita a los visitantes en busca de tranquilidad, naturaleza preservada y placeres auténticos.
Este pequeño rincón del paraíso, menos conocido que sus vecinas como Arcachon o Lège-Cap-Ferret, atrae por su autenticidad y su ambiente cálido. ¿Por qué no visitarla durante tus vacaciones en el camping Aux Couleurs du Ferret?

Un entorno natural impresionante

Arès es ante todo un refugio de paz para los amantes de la naturaleza. El municipio está rodeado de paisajes variados y encantadores. A lo largo de sus costas, las mareas transforman el panorama constantemente, revelando playas salvajes y bancos de arena dorada. Tómate el tiempo de admirar la cuenca de Arcachon cuando la marea esté baja desde el muelle de Arès: un espectáculo relajante que captura la esencia misma de esta región.

Los amantes de los paseos bucólicos también quedarán encantados con la reserva natural de los Prés Salés, un espacio protegido único en Gironda. Esta joya ecológica te lleva a través de un recorrido salpicado de pasarelas de madera y senderos que serpentean entre pantanos, juncos y praderas húmedas. ¡Un verdadero paraíso para las aves migratorias! No olvides llevar tus binoculares para observar garzas, garcetas y otros tesoros de la fauna local.

Relajación, playas y actividades acuáticas

La playa de Arès, con su ambiente amigable y familiar, es ideal para escapar durante una tarde. Las aguas poco profundas y tranquilas de la cuenca la convierten en un lugar perfecto para las familias con niños pequeños. En verano, es el lugar ideal para refrescarse en el agua, practicar stand-up paddle o simplemente dar un paseo con los pies en el agua.

¿Te apetece un momento de aventura? Explora las rutas ciclistas que conectan Arès con otros pueblos de la cuenca. La red es extensa y accesible para todos los niveles. La famosa ruta hacia Lège-Cap-Ferret atraviesa un pinar fragante y te sumerge en un paisaje de postal.

Un patrimonio rico y una cultura auténtica

Arès es también una ciudad donde la historia y las tradiciones locales siguen vivas. Descubre su patrimonio en lugares como la iglesia de Saint-Vincent-de-Paul o el puerto ostrícola, verdadero corazón palpitante de la ciudad. Aquí, la cultura de la ostra es motivo de orgullo. Haz una parada en una cabaña de ostricultor para degustar ostras frescas acompañadas de un vaso de vino blanco seco: un placer simple pero inolvidable.

El mercado semanal de Arès es otra excelente ocasión para sumergirse en la vida local. Los puestos están llenos de productos frescos y especialidades regionales: mariscos, mermeladas artesanales, vinos de Burdeos... Los sabores del Sudoeste se disfrutan con gusto.

Un destino secreto para saborear

En la encrucijada entre serenidad y descubrimiento, Arès es un destino discreto que merece ser explorado. Ya sea que seas un amante de la naturaleza, un fanático de la relajación junto al mar o un amante de los buenos productos locales, esta ciudad te promete momentos memorables en un entorno auténtico. Entonces, ¿cuándo te vas a descubrir Arès?